miércoles, 27 de marzo de 2013

Intervencion norteamericana



El 12 de abril de 1914, en TampicoTamaulipas que había adquirido importancia a causa del petróleo, era para el Ejército Constitucionalista, una plaza de importancia estratégica y moral, por lo que repetidas veces fue atacada para rescatarla del dominio federal huertista. Curiosamente, anclado frente al puerto se encontraba el cañonero estadounidense Dolphin. Desde principios de abril el Cuerpo de Ejército del Noreste sitiaba el puerto atacando desesperadamente, a lo cual los federales resistían. En el fragor del combate, de pronto, del cañonero se desprende una lancha y los marinos ocupantes desembarcan, siendo estos detenidos inmediatamente por las fuerzas huertistas al mando de un coronel de apellido Hinojosa quien cumpliendo con su deber los condujo al Cuartel General. Lo que se conoce como "incidente con los tripulantes del Dolphin en Tampico", que sería el pretexto para la invasión.
Los antecedentes de la Invasión Norteamericana tiene son producto de las políticas expansionistas de Estados Unidos que desde 1809 se venían observando, después de la compra de la Louisiana en 1803, después con la firma del Tratado Adams-Onís de 1819, con el que España cedió la península de la Florida. 

Cuando México logro su independiente Estados Unidos envió a Joel Robert Poinsett como representante para firmar un tratado de límites en el que Estados Unidos intenta infructuosamente anexarse la provincia mexicana de Texas. Posteriormente se inicia un proceso de ocupación pacífica en la que miles de emigrantes norteamericanos, agricultores y aventureros, se van estableciendo con o sin permiso de las autoridades mexicanas en esa región; desde 1823, con el permiso del gobierno mexicano, Stephen Austin comenzó a llevar emigrantes anglosajones a Texas. El 25 de agosto de 1829 Poinsett ofreció cinco millones de dólares por el territorio de Texas. 

Para 1834 la afluencia de aventureros-mercenarios se hizo todavía más notoria como es el caso de los firmantes de la declaración de independencia de Texas, B. T. Archer y P. B. Dexter, quienes eran buscados en el este por fraude. El 1 de marzo de 1836 Texas proclamó su independencia de México y nombró presidente a David G. Burnett y vicepresidente a Lorenzo de Zavala. 

Después de la firma del Tratado de Velasco (1836) el gobierno norteamericano, que había apoyado militar y económicamente a los separatistas, se apresuró a reconocer la independencia de Texas. 

Durante cerca de diez años el gobierno mexicano no intentó recuperar la provincia rebelde pero no reconoció su independencia. En marzo de 1845 la República de Texas se anexó a Estados Unidos; la frontera sur reconocida en esta anexión fue el Río Nueces. 

La anexión provocó que crecieran las tensiones que se agravaron cuando en 1845, el gobierno norteamericano ofreció pagar la supuesta deuda mexicana a colonos estadounidenses si México permitía que EE. UU. Comprara los territorios de la Alta California y Nuevo México. 

Polk también ordenó al general Zacarias Taylor llevar un ejército a la frontera de Texas y México, el que se estableció en Corpus Christi en agosto de 1845. A principios de 1846 Taylor recibió órdenes de marchar con su ejército al sur, hasta el Rio Bravo. En marzo de 1846 tomó el camino de Matamoros. 

El 25 de abril de 1846, la caballería mexicana al mando del general Anastasio Torrejón derroto una fuerza norteamericana al mando del capitán Thorton cerca de Matamoros. 

Este motivo fue una buena excusa para que el presidente Polk pidiera la declaración de guerra al Congreso. "Sangre norteamericana había sido derramada en territorio norteamericano". El Congreso norteamericano le declaró la guerra a México el 13 de mayo de 1846 como consecuencia de los "actos agresivos" de México. 

La distribución de las fuerzas Norteamérica fue Taylor por el noreste; Kearney ocupó Nuevo México y California. Scott inició una penetración cuya base fue el puerto de Veracruz y por el lado del Océano Pacifico el Comodoro John D. Sloat que con anterioridad ya había tomado posiciones. 

Sucesivas batallas fueron ganadas por los invasores avanzaron triunfantes en las batallas de Palo Alto y la Resaca de Guerrero o de la Palma, Monterrey, Saltillo y en febrero de 1847 sobrevino la célebre batalla de la Angostura con la cual el ejército mexicano logró frenar el avance de Taylor, pero no fue suficiente los norteamericanos avanzaron hasta la ciudad de México, continuando con sus triunfos en San Ángel, Churubusco, Padierna, Molino del Rey y Chapultepec, Los norteamericanos tomaron la ciudad de México el 14 de septiembre y el gobierno mexicano se estableció en la ciudad de Querétaro. 

De esta manera, se obtuvo la conquista de la ciudad de México. La invasión norteamericana constituyó prácticamente un éxito para los norteamericanos, supieron aprovechar los momentos que vivía la Republica Mexicana cuando sus ciudadanos no lograban un acuerdo de autogobierno, sin embargo su avance triunfal, origino que dentro de los combates que se desarrollaron sobresalieran varios héroes dignos de mencionarse como el general Nicolás Bravo, Gral. Antonio León, Coronel Lucas Balderas, Tte. Cor. Felipe Santiago Xicotencatl, Cap. Margarito Zuazo, los alumnos del Colegio Militar “Niños Héroes”, no podemos excluir la heroicidad los soldados irlandeses que formaron el Batallón de San Patricio, entre otros. 

Con la firma del “Tratado de Guadalupe Hidalgo” en el mes de febrero de 1848, México perdió más de la mitad de su territorio, y se inició el retiro de las tropas invasoras, el 15 de junio de 1848 terminó finalmente esta ocupación. 


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